La Torre del Vigía a la Luz de la Biblia

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martes, 29 de septiembre de 2009

¿Existe algo más en el ser humano que trascienda a la muerte física?

Texto básico: “Dios no es un Dios de muertos sino de vivos” (Mr 12,18-27).


En todas las culturas se ha debatido la inmortalidad del hombre después de su muerte. Muchos de los grandes pensadores de la antigüedad le han tratado de explicar la existencia de esta parte esencial del ser humano. Hoy en día contamos con una infinidad de teorías que intentan expresar lo que nos espera después que perecemos. Algunos dicen que SI; otros categóricamente dicen NO a esta idea, pero, ¿qué nos enseña la Palabra del Señor respecto a este tema tan controversial para tantas personas?


En la Palabra notamos que cuando se hace referencia a esa parte del ser humano lo encontramos con los términos “Alma y espíritu”.


Si vamos a la historia de la Biblia hallamos que “alma” es un término que en el Antiguo Testamento es traducción común del sustantivo hebreo nefesh, que a su vez se deriva del verbo nafash (respirar, rehacerse). Aparece unas 755 veces en el Antiguo Testamento con significados muy variados.


Producto de esto, lo que hoy conocemos como la palabra “alma” no es más que la explicación o el acercamiento a la unión de todos esos significados y muchos más que se perdieron a través de los años.


Tal vez el sentido original de nefesh haya sido "garganta" (canal de la respiración) o "cuello", como el acadio napishtu, pues este sentido se conserva en el Antiguo Testamento en textos como (Sal 69.1). De allí viene el sentido de "soplo" de vida, como en (Job 41.21). Así, en hebreo, morir se expresa muchas veces por "exhalar la nefesh" (Jer 15.9, BJ). Puesto que la respiración es señal de vida, el alma ("soplo") se considera como el principio de la vida (Gn 35.18). Además, "hacer volver la nefesh" significa hacer revivir (1 R 17.21s); salvar la nefesh de una persona es salvar su vida (Sal 72.13s).


En el Nuevo Testamento "alma" es la traducción común del griego psyjeŒ que a su vez deriva del verbo psyjo ("soplar"), y aparece más o menos cien veces. PsyjeŒ (como nefesh) significa a veces "ser viviente", y puede referirse a un animal (Ap 16.3, "ser vivo") o a una persona (Ro 13.1, "persona"; cf. la forma plural en Hch 7.14; 27.37).


Con el pronombre posesivo, psyjeŒ puede significar también "yo mismo" (Mt 12.18; Jn 12.27, "mi alma"). Finalmente, como principio de vida, psyjeŒ indica en algunos textos el asiento de una vida que trasciende la vida terrenal, sustentado fundamentalmente por los propios dichos de Jesús (Mt 10.28, 39; Mc 8.35-37), pero se desarrolla en los escritos posteriores (Heb 6.19; 10.39; 13.17; 1 P 1.9, 22; 2.11, 25). "Alma" llega incluso a significar algo inmortal, distinto del cuerpo (Ap 6.9; 20.4; 1Cor 15:44-46).


Lo que debemos tener claro, es que no estamos tratando de demostrar que es el “alma” en lo que ha significado primario se denota, lo que tiene el hombre dentro de sí, más bien nos referimos a lo que el hombre posee, eso que parte del cuerpo tras la muerte física. Pues la palabra alma no tiene un significado estático sino, como hemos visto, son múltiples sus significados, por este motivo queremos resaltar a lo que es inmortal en el ser humano ya se llame “alma o espíritu” como usualmente la Biblia lo muestra.


La WST ha enseñado desde sus inicios que el ser humano tras la muerte física cae en un estado de inconsciencia donde espera hasta el día de la resurrección.


En la revista Atalaya del 1 de enero del 2005 en la pág. 28 plantean lo siguiente: “hace tiempo los auténticos adoradores de Dios han comprendido y aceptado la verdad básica de la Biblia de que el alma en vez de ser inmortal, puede morir y se destruida”. (Ez 18.4)


El texto antes citado por la WST dice así: “He aquí que todas las almas son mías, como el alma del padre así el alma del hijo es mía, el alma que pecare, esa morirá“(Ez 18.4)


Como primer punto debemos leer bien a lo que se refiere el pasaje antes mencionado. Leamos el (v.5) “Quien es justo practica el derecho y la justicia”, aquí comienza a demandar cuales son las características que Dios exige a los hombres para que estos puedan vivir, donde se hace mayor énfasis en el (v.9)”Obedece mis decretos y cumple fielmente mis leyes”, tal persona es justa, y ciertamente vivirá. Lo afirma el Señor Omnipotente“. Luego a partir del (v.10) “Pero bien puede suceder que esa persona tenga un hijo violento y homicida, que no siga su ejemplo”… y en aumento nos va mencionando una serie de características, pero todo lo contrario a las primeras. Luego en el (v.13) se dice que este que practica lo malo delante de Dios, ese morirá. ¿Pero se habla aquí de la muerte física solamente o se inclina más a muerte espiritual? Pues entendamos lo que nos quiere decir aquí el escritor, si llevamos una vida correcta delante de los ojos de Dios nuestra alma (vida) se salvará, pero si no lo hacemos, como es lógico nuestra alma se perderá sin tener que morir físicamente, este es el sentido de este pasaje. Aunque está claro que aquel que practique el pecado y no se arrepienta tiene una muerte segura ante Dios.


Sin embargo, no es nada extraño que en la Biblia se hable de muerte física y de muerte espiritual, como dos hechos totalmente distintos; compárese con (Ef. 2.1, 5.14, Col 2.13).


Veamos que nos dice del alma la Palabra del Señor.


1-¿El alma puede ser destruida?


(Mt 10.28) “No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Temed más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el Infierno”. Leamos este mismo texto con la interpretación de la WST, si el alma tal y como lo enseña la Organización es lo mismo que (vida) entonces tendríamos el texto de la siguiente manera; “No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar la vida, Temed más bien al que puede destruir la vida y cuerpo en el Infierno”... ¿Qué sentido tendría el pasaje si interpretamos alma por vida?, ¿puede alguien matar el cuerpo y no matar la vida?


Lejos de remitir a una destrucción literal del alma, Jesús nos refiere a una advertencia, es Dios quien nos puede destruir arrojándonos al Infierno. La Biblia nos declara que el alma será “destruida”, para un “Testigo” destruir es lo mismo que “aniquilar” lo cual es un gran error. La palabra "destruir" viene de apollumi que significa ruina o perdición. Por ejemplo, en (Mt 10:6 y Lc. 15:4) leemos de ovejas perdidas, y la palabra es apollumi (al menos una forma de ella) y no encontramos que Cristo dijera que las ovejas fueron aniquiladas ni que dejaron de existir sino que estuvieron perdidas. El alma del desobediente no está aniquilada sino perdida. Otro texto importante que emplea la palabra apollumi es (2 Pe. 3:6), "el mundo de entonces pereció anegado en agua". No fue aniquilada la tierra, no dejó de existir, sino que fue arruinada mientras se cubría de agua; ya no servía como lugar de habitación para el hombre. De la misma manera la palabra apollumi (Mat. 10:28, "destruir") significa la ruina del alma. Será rechazada por Dios y no puede estar en su divina presencia (2 Tes. 1:7-9). La palabra significa la pérdida del bienestar y no la pérdida de la existencia misma según el lexicógrafo Thayer (not the loss of being, but the loss of wellbeing). Concluimos con que el alma no será eliminada, sino rechazada en el Infierno por los siglos de los siglos (Ap. 20. 10; 15)


2-El alma se separa del cuerpo tras la muerte física (1 Re. 17.20-22, Gn 35.18) vemos aquí ejemplos donde se muestra que el alma se retira del cuerpo y que este se queda en la tumba y no sucede nada mas, sino que es lo que sale de él es lo que define que la persona haya muerto o no.


3-En la muerte física el cuerpo vuelve a la tierra y el alma a Dios (Ec 12.7, 1 Re 17.20-22; Gn 35.18) en el texto de (Ec 12.7) nos muestra lo que será del hombre después que muere. Así como en (Gn 2.7) nos explica que Dios sacó al hombre del polvo así mismo lo hará volver a este, pero su espíritu volverá a Dios quien le dio aliento de vida, es decir, quien le dio su alma o espíritu. Aquí un “Testigo” dirá que el también cree que el alma es el soplo de vida, pero, si leemos el pasaje que viene a continuación veremos que alma es algo más que el soplo de vida.


4-Las almas de los redimidos están conscientes en la presencia de Dios (Ap. 6.9-10) en este punto observamos de que los creyentes en Cristo, redimidos con su sangre están junto a Dios esperando el Gran Juicio. ¿Si están muertos estos cristianos, como es que hablan, no es acaso un alma lo que vive y clama a Dios? ¿Entonces será un soplo de vida algo que no siente ni sabe nada?






a. ¿Qué es el espíritu?


Traducción de la voz hebrea ruakh y la griega pneuma, que significan "aire en movimiento", "viento" o "aliento". La ruakh es la señal y el hálito de vida, se considera el principio vital tanto del hombre como del animal (Gn 6.17; 7.15, 22; Ez 37.10-14), y es sensible de debilitamiento por causas como la sed y el cansancio (Jue 15.19). Los ídolos no tienen ruakh (Jer 10.14; 51.17).


Tres palabras definen el espíritu como aliento vital: nefes, ruakh y neshamah, y según todas este aliento lo pone Dios para el inicio de la vida. Al primer hombre, Dios le "sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente" (Gn 2.7). Jehová es el Señor del aliento que el hombre posee (Job 27.3; 33.4). Como tal, cuando Jehová retira el aliento de la persona, regresa a Él que lo dio y el cuerpo vuelve al polvo de la tierra (Job 34.14, 15; Sal 104.29s; 143.7; Ec 12.7).


El término espíritu (pneuma) en el Nuevo Testamento todavía conserva el sentido original de la palabra ruakh (aliento o viento). Sin embargo, ya se concibe más filosóficamente (2 Ts 2.8; cf. Is 11.4; Jn 3.8; 20.22; Heb 1.14). Con frecuencia el término espíritu se refiere a todo el hombre (Gl 6.18; 2 Ti 4.22). Solo hay dos citas (1Ts 5.23 y Heb 4.12) en que además del cuerpo se mencionan los términos "alma" (psyjeŒ) y espíritu. Basándose en ella algunos afirman que el hombre es un ser tripartito, compuesto de tres elementos: cuerpo, alma y espíritu. Sin embargo, la Biblia subraya la unidad del hombre.


En las Escrituras encontramos que el espíritu es el centro de la personalidad.


a. Como asiento de las emociones, se impresiona, entristece, apacigua o aíra (Lc 1.47; Jn 11.33; 1 Co 4.21; Gál 6.1; Ef 4.23; 1 P 3.4).


b. Centro del pensamiento, la imaginación, la astucia y la reflexión (Lc 1.80; Hch 18.25; Ro 7.6; 1 Co 2.11; 2 Co 2.13).


c. También se refiere a las determinaciones de la voluntad, las disposiciones, las intenciones, los actos, la comunión (Mt 26.41; Hch 20.22; Lc 1.17; Mt 5.3; Jn 4.23; Ro 12.11; 2 Co 4.13).


No podemos dividir rígidamente las manifestaciones del espíritu, pues por lo general se dan simultáneamente. Las sensaciones espirituales afectan otras capacidades del hombre (Jos 2.11; 1 S 30.12; Sal 51.12; Is 19.3).


El apóstol Juan habla del espíritu de error y de verdad (1 Jn 4.6), y el apóstol Pablo afirma que hay lucha entre la carne y el espíritu (Ro 7). Para Pablo el espíritu de la persona se relaciona con el de Dios (Ro 8.15, 16; 1Co 6.17), es decir, Dios da al hombre "espíritu de adopción". Por eso puede clamar a Dios en términos familiares.


Los seres humanos tenemos algo que tras la muerte física parte de nuestro cuerpo ya sea alma o espíritu, Dios nos dotó de este elemento para poder ir a su presencia.


El escritor nos dice “que no sabe si en el cuerpo o si fuera de él” un hombre (el mismo Pablo) fue arrebatado al tercer Cielo a la morada de Dios. ¿Existe algo dentro de nuestro cuerpo con el que podamos ir a la presencia de Dios? Pablo lo creía pues lo experimentó y nosotros también lo creemos así, compare con (Fil 1:23; 2Pe 1:14). Pregúntele al “Testigo” lo siguiente: ¿con qué cuerpo fue Pablo al Cielo?


Cuando Jesús dio la enseñanza del Rico y Lázaro nos mostró que existe una parte que tras la muerte física va a la presencia de Dios conscientemente y no inconsciente (Lc 16) Aquí si lo miramos desde el punto de vista de la WST podemos concluir que Cristo se equivocó pues estaba enseñando lo que en alguna manera Platón dijo años antes, o podemos concluir que bien estaba enseñando una verdad de Dios? Recordemos que la idea de Platón no tenía nada que ver con la vida después de la muerte como el cristianismo lo cree. Para el filósofo el alma tras la muerte física pasaba a otro cuerpo físico, o sea algo parecido a la rueda de la reencarnación de la mitología oriental.


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